jueves, 8 de marzo de 2018

Ciudad Perdida

Anaya, en la tablita
Anuncio esperado de la PGR
El Frente, sin relevo, pero suena uno
Miguel Ángel Velázquez
M
uchos son los que meten la mano al fuego con la seguridad de que nada les pasará en el caso del joven pesadilla, Ricardo Anaya. Apuestan, y dicen que con información privilegiada, a que muy pronto la Procuraduría General de la República dará a conocer los resultados de sus investigaciones y ello obligue al panista a retirarse de la contienda presidencial, por lo que en el blanquiazul de la Ciudad de México ya se atreven a dar a Santiago Creel como el remplazo idóneo.
La ley advierte que quien no haya renunciado a su encargo como servidor público en los términos a los que obliga, no podrá aspirar a la candidatura a la Presidencia de la República; no obstante, pareciera que Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quisiera hallar el hueco legal por donde quepan sus aspiraciones, y con una serie de declaraciones dedicadas a llamar la atención sobre ciertos problemas nacionales, quisiera decir, cuando menos, que él sí tiene una idea clara de lo que afecta al país, y que ahora está listo para asumir cualquier puesto de responsabilidad nacional que le pongan enfrente, siempre y cuando los azules logren quitarse de encima a Anaya, quien, según algunas encuestas, ya empezó a resentir el fuego priísta y está perdiendo puntos de manera paulatina, pero continuamente.
Para los que ven sin remedio el caso Anaya, es urgente que se tome una decisión en favor de Creel antes de que las tendencias sean irreversibles y la alianza infernal se desplome. Pero en el lado amarillo las cosas no se ven tan fáciles. Aunque el PRD no parece tener a la mujer o al hombre que pudiera ocupar el lugar de Anaya, también se mira con seriedad lo que puede pasar con el joven pesadilla en caso de que, efectivamente, la PGR lo acuse de algún ilícito.
El asunto es que aún no se empiezan a manejar nombres, porque no los tienen, y dado que Miguel Ángel Mancera estaría legalmente impedido, el territorio amarillo está yermo, convertido en un páramo de donde no han nacido los candidatos que pudieran ir a la contienda por la Presidencia de la República con una mínima posibilidad de triunfo.
De cualquier forma, en el gobierno de la ciudad hay quienes están dedicados a encontrar ese pequeño resquicio legal por donde pudiera colarse Mancera, cosa que los especialistas consideran imposible, pero de cualquier forma, mientras los buscadores se entretienen, el aún jefe de Gobierno se prepara de todas formas para convertirse en jefe de gabinete o en fiscal general, o en cualquier otro reto que se le ponga enfrente.
Y mire qué cosa. Si de verdad Santiago Creel tomara la estafeta de la candidatura de la alianza veríamos repetir aquella contienda electoral entre el panista y Andrés Manuel López Obrador por la Ciudad de México en la que el tabasqueño se convirtió en jefe de Gobierno.
De pasadita
Algo bueno (¿o malo?) debe haber hecho el ahora ex titular de Obras de la ciudad Édgar Tungüí, quien después de sufrir un brutal recorte de las atribuciones y los presupuestos de la secretaría que tenía a su cargo, ahora le ponen sobre las espaldas la responsabilidad de los planes y proyectos de la reconstrucción de las partes dañadas de la ciudad por el sismo.
No sabemos si es bueno o malo porque la responsabilidad es enorme y el trabajo, que en la Secretaría de Obras se había reducido drásticamente, ahora se triplicará y estará siempre bajo el escrutinio de los damnificados. Miguel Ángel Mancera le debe tener mucha confianza como para poner en manos del joven funcionario un trabajo de tal calado. Allá él porque a estas alturas ya no es posible errar.

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